El águila real
Carlos
Subo a la suite de Jenifer y la encuentro acostada desnuda sobre la cama. Con las piernas bien abiertas en una invitación silenciosa. Con la mano en su coño masturbándose, los dedos húmedos de su jugo.
- ¿Quién te dio la orden de tocarte?
- Perdone señor, hace una semana que no me toca, tengo tantas ganas.
La miro furioso
- Creo que has olvidado para quién estás aquí. ¿O no?
- No señor.
Entonces dime, ¿para quién estás aquí?
- Usted, señor
Abro un cajón y saco las esposas, inmovilizo sus brazos dejándolos caer a los lados de la cama, separo sus piernas y las ato a los extremos de la cama.
Saco del cajón un consolador con forma de pene, que le introduzco en la vagina, luego lo enciendo, pongo la potencia máxima.
- Te quedarás toda la noche con esto, ya que tienes tantas ganas de follar, que sea con esto. Que duermas bien. Lucía (la gobernanta) vendrá a desatarte.
Ella empieza a gemir, contorsiona el cuerpo,
- Le pido perdón, señor, esto no volverá a ocurrir, estoy aquí para servirle y no para satisfacerme. Por favor.
Sibelle
- ¿Qué va a ser de nosotras?, me pregunto a mí misma. Andrea, por favor, quédate cerca de mí, no te vayas lejos. Yo, qué estaba contenta de que no nos hubieran vendido, ahora nos llevan a un almacén, ¿qué le hemos hecho a Dios?, ¿qué le hemos hecho al Señor? Vengan a ayudarnos, pobres pecadores que somos, por tu gracia, por favor, ayúdame.
- Cállate Sibelle, todo irá bien, de verdad, no nos han vendido en la subasta, eso ya es algo bueno, de verdad, cállate. - De acuerdo, Andrea, espero que lo que dices sea verdad y que Dios nos ayude, ya ves que ha matado a dos personas delante de nosotras y nadie ha intervenido. La tercera chica que está con nosotras nos mira tan asustada como yo.
- Espero que todo vaya bien, el hecho de que no nos hayan vendido ya es algo bueno.
- Es verdad, dice Andrea, entonces cálmate, de acuerdo, de todas formas, no vamos a morir hoy.
Auracio
La subasta ha terminado bien por hoy, todo ha ido bien.
- ¿Cuánto nos ha reportado?
- 10 millones, pero el 60 por ciento se transferirá a las chicas después de la duración de su contrato. El resto se pondrá en la caja.
- No hay problema, de acuerdo, entonces vamos al almacén.
- ok jefe.
Salgo de la oficina y subo al vehículo para ir al almacén. Al llegar, los guardias que nos esperan nos saludan.
- Buenas noches, señor.
- Espero que esté descansado.
- Un poco sí, gracias señor, yo soy Andrea.
- Encantado Andrea, seré claro contigo, es verdad que hoy no te han vendido, porque yo lo he decidido, pero eso no significa que vayas a volver a casa a ver a tus padres o a tu familia, o que te vayamos a liberar, no me conviene que te liberen, porque puedes alertar a la policía.
- No señor, le juramos que no diremos nada a nadie.
- Sí, eso es, siempre el mismo estribillo, no, no será posible, vais a trabajar con nosotras, os encontraremos algo que hacer, pero no tendréis libertad. Investigaremos a vuestros padres, los pondremos bajo vigilancia. Si después de seis meses vemos que sois correctas, podéis tener vuestras propias casas donde vivir, pero vuestros padres estarán siempre bajo vigilancia. A la mínima falta, serán ellos los que paguen. Los torturaremos antes de matarlos, así que espero que tengáis bien claro que nadie abrirá la boca. Esta noche os llevaré a mi morada, allí os quedaréis hasta que encontremos qué hacer. ¿Está todo bien claro para todas?
- Muchas gracias, señor, no diremos nada a nadie.
- Mejor para vosotras.
- Mario, vamos.
- Llegamos a casa y Jennifer baja y corre hacia mí. Hace 2 días que no me ve, estuve ausente - Buenas noches, cariño.
- Bienvenida.
- Gracias. ¿Qué haces todavía despierta?
- Te estaba esperando, me enteré de que viniste por la tarde y ni siquiera pasaste a verme.
- Es porque tenía mucho trabajo, no te preocupes, voy a tu habitación ahora mismo.
- ok, mi amor, hasta luego, te espero, besos. Y ella mira a su alrededor, divisa a las tres mujeres y pregunta:
- No son tus asuntos. Sube.
Ella sube de nuevo.
Llamo a la gobernanta de la casa - Ocúpate de estas chicas, dales de comer y encuéntrales habitaciones para dormir, mañana te diré qué hacer, cuáles serán sus funciones.
- Bien, señor.
- Síganme, señoritas.
- Ok, yo me voy, me están esperando.
- Ok, estad aquí mañana, a primera hora.
ok, buenas noches, hasta mañana.
Sibelle
Bajo del vehículo y miro a mi alrededor, maravillada.
- Qué hermosa mansión, le digo a Andrea.
- Sí, es tan grande. Espero que podamos encontrar una manera de escapar.
- Debemos tener mucho cuidado, si nos atrapan, nuestros padres pagarán por nosotras. Vamos a descansar y mañana pensaremos mejor.
Seguimos a la anciana hacia varias habitaciones, nos dice que podemos elegir la que nos convenga.
- Nos da igual, lo único que nos importa es una cama, el resto no importa.
Decido tomar una habitación con Andrea, es más seguro y menos inquietante para mí. No me gusta estar sola en un lugar desconocido.
Primero entro en la ducha para arreglarme, luego entra Andrea. Al salir, encuentro una bandeja de comida. Espero a que ella llegue para comer. Con el estómago bien lleno, nos acostamos, pero el sueño me huye, pienso en mis padres, en mis estudios, en mi futuro, estoy agobiada. ¿Qué pasará mañana? Tengo miedo.
¿Qué trabajo nos van a dar? Menos mal que no nos han vendido, ¿qué habría pasado allí, nos habrían violado? ¿Nos habrían pegado? Estoy un poco aliviada en el fondo, pero todavía intranquila por el futuro.