Angèle
¿Por qué no aprovecharlo? Cierro los ojos para apreciar su toque.
Después de nuestro baño, nos vestimos para ir a la cama. Él levanta la colcha para que me deslice dentro.
Afortunadamente para mí, no intentó nada. Pasamos una buena noche de sueño.
Esta mañana es mi última mañana aquí. Al despertarme, él ya se había ido. Pero se tomó la molestia de dejar una tarjeta para nuestras compras. Revuelvo entre las cosas y recupero todo lo que se puede vender: las joyas, la ropa que no he usado aún. Meto todo en una pequeña bolsa y me lavo para salir.
Decido ir a buscar a Andréa, para que desayunemos juntas antes de irnos.
La encuentro en su oficina como de costumbre. Esta pequeña reservada tiene cuentas que rendirme.
- Hola, tú, la reina de los secretos.
Tienes cosas que decirme y vas a contármelas todas, en los más mínimos detalles.
De lo contrario, te sacaré los ojos.
- Hola a ti también, la reina de los problemas. Siempre buscas pequeñas cosas.
- ¿Puedes decirme a dónde desaparecist