Sibelle
Prefiero no decirle nada a Andrea, para que no intente disuadirme.
Me doy una ducha y descanso un poco. Dos horas después, bajo a cenar. Me encuentro con Jenifer y El águila en el primer salón antes de llegar al comedor, me quedo congelada ante el espectáculo que veo. Este señor es realmente insaciable: Jenifer le está haciendo una felación. Ella está de rodillas mientras él está sentado en el sofá mirándola con fiebre. Su mirada se cruza con la mía y me apresuro a dejarlos solos.
Me siento en mi lugar habitual y empiezo a comer sin esperarles.
Me unen veinte minutos después.
Jenifer, con su peinado desordenado y su lápiz labial dañado, se sienta en su lugar y comienza a comer. El águila se dirige a mí:
- ¡Podrías habernos esperado! ¿Qué es tan urgente?
- Nada, tenía hambre, no podía esperar.
Como rápidamente y decido levantarme de la mesa.
- Espérame, vamos a trabajar juntos en mi oficina.
- Estoy realmente cansada, ¿no podemos hacerlo mañana?
- ¿Quién es tu jefe?
- Nadie.
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