Apoyé el sobre encima del escritorio. Me alejé, volví, lo revisé por quinta vez. No había cambiado. Ese resultado seguía ahí.
Pasé los dedos por el cabello, halándolos brevemente. Perdí la cuenta de cuántas veces había leído esa frase.
No podía ser.
Dejé caer mi cuerpo en el sofá. Necesitaba respuestas. Solo una persona podía explicarme con certeza lo que significaban esos resultados.
Tomé el móvil, marqué el número de la doctora Amsler. No solía llamarla directamente, pero esta vez no podía esperar. Escuché los tonos de llamada tamborileando mis dedos contra mi rodilla.
—Amsler —contestó al otro lado de la línea.
—Disculpe que la llame sin avisar, doctora Amsler. Soy Vera Von Drachen. Acabo de recibir unos análisis de sangre y no tengo muy claro qué hacer.
—Vale, tranquila, Vera. ¿Qué tipo de análisis recibiste?
—En las observaciones del informe aparece algo como «HCG alta, positivo para embarazo».
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.
—Entiendo... ¿Has notado algún síntoma