ARIA
El hombre lobo apenas termina su amenaza cuando Jasper se lanza como una bestia liberada, garras por delante.
El sonido del impacto es seco y brutal: carne siendo rajada, sangre repiqueteando... El hombre lobo apenas alcanza a gritar antes de que Jasper lo empotre contra un árbol, clavando sus garras en el pecho con tanta fuerza que la sangre salpica en todas direcciones.
Pero no estamos solos.
Dos guardias se abalanzan sobre Jaster, pero Kiro los intercepta a duras penas, sus brazos transformándose en zarpas negras. Se mueve con velocidad letal, cortando el aire y dejando a uno de los atacantes en el suelo, aullando de dolor.
El tercero va hacia mí, mientras el cuarto se dirige a mi maestro.
Mi pulso se acelera. Aprieto los dientes. No tengo tiempo para pensar. Solo actúo.
Esquivo el primer ataque, una garra dirigida directo a mi cuello, y contraataco con una patada giratoria que lo lanza hacia atrás. El tipo ruge y vuelve, más furioso. Me agacho justo a tiempo para evita