EPÍLOGO 1
KEVIN
Tocado y hundido.
Le sujeto de ambos hombros para estabilizarme mientras inclino la cabeza para morderla. Cuando acerco mis colmillos a su cuello, el placer me sacude como un muñeco de trapo... eso hace que libere un poco de líquido preseminal.
Si esto sigue así, acabaré corriéndome en los pantalones como un adolescente.
Deslizo los dedos por su cuello, acariciándolo despacio, intentando —en vano— calmar la oleada de excitación que me consume. Pero entonces ella se pega aún más a mí y frota su culo contra mi p**, encendiéndome por completo, un gruñido ronco me vibra en la garganta justo antes de clavarle los colmillos. La formación del vínculo de pareja me atraviesa la columna con un escalofrío ardiente y casi doloroso por el placer excesivo. Ella gime, y puedo ver cómo la piel de su cuello se eriza bajo mi lengua.
Cuando termino, lamo la herida con cuidado y la observo. Sus ojos me parecen lo más hermoso que he visto jamás; toda ella es una visión angelical