EPÍLOGO 2 FINAL
KATRINA
Kael se endereza de golpe y retira sus manos de mi cuerpo.
Mi madre se acerca, observando de arriba abajo al hombre lobo que tengo al lado.
—Señora. Un gusto. Me presento formalmente: soy Kael, comandante de la manada Sombra Nocturna.
—Sé quién eres. Lo que no tengo claro es qué quieres de mi hija —dice, seria.
—Quiero casarme con ella —responde sin vacilar.
—Este hombre no se anda con rodeos…—dice mi madre.
—Nop —respondo, asintiendo con la cabeza.
Mi madre no me mira. Sus ojos siguen fijos en Kael.
—¿Y se puede saber cómo pretendes hacer eso? —pregunta con tono seco—. ¿Casarte con mi hija así, sin más? ¿Llevártela lejos de su familia, de sus responsabilidades?
Kael no se inmuta.
—No tengo intención de “llevarme” nada. Katrina no es una cosa que se roba. Es una mujer libre.
Mi corazón da un vuelco.
Mi madre entrecierra los ojos.
—Qué conveniente. Justo ahora que ella estaba empezando a aceptar lo que es. Su deber. Su lugar aquí, en el aquelarre.
El semblante d