La misma noche
New York
Violet
Volver a empezar siempre es difícil… pero cuando se trata del corazón, lo es todavía más, porque el corazón es obstinado, terco e inesperado. Ese que, aun herido, sigue empujándote hacia lo desconocido, hacia lo que podría doler otra vez… Pero también hacia lo que podría sanarte. Y eso es lo más aterrador. El miedo no es al amor, sino a traicionar un recuerdo. A soltar lo que ya no está. A permitirte ser feliz otra vez… sin culpa.
Y yo soy el reflejo exacto de ese miedo. Me convencí de que estaba bien sola. Que el pasado ya me había enseñado todo lo que necesitaba aprender. Hasta que apareció Bobby. Con su sonrisa tibia, con esa mirada limpia que no suplica, pero tampoco se rinde. Con esa forma tan suya de entrar sin permiso, pero sin invadir. De tambalearme todo sin siquiera tocarme.
Él no me persiguió, pero tampoco se alejó. Y eso fue lo que me desarmó, porque a pesar de que levanté muros entre nosotros, a pesar de que me alejé, que le di excusas, que