Intento procesar qué es lo que está sucediendo, pero la realidad es que ninguna conversación que pueda yo tener en mi mente es coherente, las sensaciones que experimento son tan grandes que no puedo razonar y Maximiliano lo sabe.
— Espera un momento, por favor.— Lo siento, pero no puedo esperar, estás demasiado ardiente. — dice Maximiliano retomando su ataque mientras yo me esfuerzo por evitar que la bebé se mueva tanto al punto en el que corra el riesgo de caerse.— Por favor, dame un momento, esto es demasiado para mí. — susurro sintiendo como mi cuerpo responde a cada movimiento que Maximiliano realiza con su lengua en mi intimidad.Se supone que tenemos que hablar sobre lo que sucedió hoy, pero el deseo puede más que cualquier cosa y por eso, mi cuerpo reacciona tan bien que realmente me avergüenzo.‘Como pude sucumbir tan fácilmente a unas leves cari