El miedo me invade, apenas he podido tener minutos sin dolor de cabeza y ya sucede esto, tal parece que el destino se empeña en hacernos pasar malos momentos en estas vacaciones que posiblemente no puedan repetirse… por lo menos, no conmigo en ellas.
— No puede ser.— Tranquila, pajarita, yo me voy a ocupar de todo esto. — dice Maximiliano todavía conmigo en brazos mientras todos los demás se encargan de todo para que no nos pase algo.— ¿Por qué razón se empeñan en hacernos tanto daño si nosotros no estamos molestando a alguien?— Voy a descubrir qué es lo que pasa, pero por favor no te alteres, eso te hace daño.Nuestra hija llora y no es para menos, los ruidos son demasiado fuertes incluso para mí, así que, continúo protegiendo a mi bebé con mis brazos mientras los chicos se mueven como un escudo cada vez que Maximiliano a