Ni siquiera sé cuántas veces hemos tenido orgasmos, sólo sé que merezco un premio por haber sido tan bueno en esto al punto en que cada uno de mis orgasmos fueron en todas las partes del cuerpo de mi mujer, excepto su vagina.
— Esto es magnífico. — Yo estoy totalmente de acuerdo contigo. — susurro completamente agotado mientras ella se gira para poder mirarme mientras está acostada. — Te ves tan hermoso, amor. Sin duda, soy una mujer muy afortunada. — dice ella observándome con mucho amor. ‘El afortunado soy yo por tenerte en mi vida, mi querida esposa.’ Me digo mentalmente. — Claro que sí, mi amor, ¿no te das cuenta que soy único en mi especie? Tú no sólo te ganaste a un hombre completamente atractivo sino alguien que folla como los mismos demonios, porque los dioses no podrían hacerlo tan rico. — Basta, narciso, estás elevándote mucho. — ¿Acaso es mentira lo que estoy diciendo? — preguntó sonriente y ella suspira profundo. Aunque quiere rega