Ni siquiera puedo entender lo que están hablando, porque disfruto viendo a mi querida esposa defendiendo a nuestra hija hasta donde puede, ya que, comienza a quejarse y eso me asusta, recordándome que no está del todo bien.
— ¡Maldito cuerpo, no falles ahora! — dice ella hiperventilando mientras yo la abrazo después de reaccionar.— ¿Qué significa esto? ¿Por qué ella está aquí? — pregunta Amelia con molestia.— ¿Acaso no te das cuenta? Solo me reuní aquí contigo para matarte. — digo alejándome de Axael para agarrarla por el cuello.— No puedes hacerme esto.— ¿Tú si podías lastimar a mi hija? ¿Quién te dio el derecho de hacerlo? ¿Por qué quisiste hacerte notar de esa manera, maldita perra?Amelia me observa herida, pareciera que yo la hubiese traicionado,