23. Preparativos
Max
La cena con Isabela transcurrió en silencio incómodo. Ella picoteaba ensalada mientras yo apenas tocaba mi salmón.
"Gracias por quedarte anoche," dijo. "Significa mucho para mí. Para el bebé."
"Es mi responsabilidad."
"¿Solo responsabilidad?" Sus ojos buscaron los míos. "Pensé que sentías algo más."
No respondí. Porque honestamente ya no sabía qué sentía.
Culpa y Obligación.
Pero ¿amor? Ese sentimiento parecía reservado para la mujer que probablemente estaba en su habitación del ala oeste, odiándome.
"Max," la voz de Isabela se volvió más urgente. "Necesito saber que estamos bien. Que somos equipo."
"Somos lo que tenemos que ser por el bebé."
Vi decepción cruzar su rostro antes de que pudiera ocultarla.
"¿Y Lorena? ¿Dónde queda ella?"
"Lorena es mi esposa."
"Que te odia ahora. Que probablemente está con Alejandro Dávila mientras hablamos."
La furia ardió en mi pecho. "No sabes eso."
"¿No?" Isabela se inclinó. "La vi, Max. La forma en que lo mira. Está enamorándose de él. Y tú estás