22. Bebé en Riesgo
Isabela gimió, doblándose dramáticamente. Su mano apretó su vientre, rostro pálido como cera.
"El bebé... duele tanto..."
Max corrió hacia ella y la sostuvo de que cayera.
Cargó a Isabela hasta su habitación. Ella estaba temblando, lágrimas rodando por sus mejillas.
"Max... tengo miedo... ¿y si pierdo al bebé?"
"No vas a perderlo. Llamaré al médico que supervisa tu embarazo.
El Dr. Valenzuela llegó veinte minutos después de la llamada de Max, maletín negro en mano y expresión profesionalmente neutral.
Seguí a Max e Isabela hacia la habitación de ella—la suite azul que se había convertido en su fortaleza—sintiéndome como intrusa en mi propia casa. Isabela se recostó en la cama con delicadeza estudiada, una mano protectora sobre su vientre, la otra presionando dramáticamente su frente.
—Gracias por venir tan rápido, doctor —murmuró con voz débil—. No quería alarmar a nadie, pero...
—Hiciste bien en llamar —el Dr. Valenzuela abrió su maletín—. Cualquier desmayo durante el embarazo debe to