56. El Precio de la Libertad
MAX
—Lorena... —dije, apenas un murmullo, como si mi voz fuera lo único que me mantenía anclado mientras el mundo se desmoronaba a mi alrededor.
—No. —Me interrumpió con firmeza—. Esta vez hablaré yo.
Vi cómo su pecho subía y bajaba, cómo sus manos apretaban el bolso donde guardaba ese maldito pendrive que acababa de destruir todo lo que creía saber.
—Quiero el divorcio. Este matrimonio termina hoy, y lo hará por las buenas.
Sus palabras me golpearon. Divorcio. La palabra que había temido durante meses, la que había intentado evitar con cada movimiento, con cada estrategia diseñada para mantenerla cerca.
—Tú aseguras la protección de mi familia —continuó—, y yo me voy. Si no aceptas, usaré estas pruebas para hundirte a ti también. Tengo evidencia suficiente de tus propias irregularidades, Max.
Sentí algo parecido a desesperación trepar por mi garganta, cerrándola.
—Yo aún te amo —susurré, y las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas, desnudas y vulnerables como nunca me ha