127. La Conversación Pendiente
Viernes, semana 10 de embarazo. Día 6 de hospitalización. 11:47 PM.
El monitor fetal emite su pitido constante. Afuera, el pasillo del hospital está en silencio. Max duerme en esa silla reclinable horrible, su cuerpo doblado en un ángulo que le va a doler mañana. Su portátil sigue abierto en su regazo, mostrando hojas de cálculo que nunca terminó. Una mano extendida hacia mi cama, como si incluso dormido necesitara tocarme para asegurarse de que sigo aquí.
Pero yo no puedo dormir. No desde el email de Victoria esta tarde. No desde que vi la tensión en la mandíbula de Max al leerlo.
Porque hay una conversación que no hemos tenido. Una que he estado evitando durante seis días porque tenía miedo de la respuesta.
Victoria cambia todo. Su reaparición, su presencia inevitable durante los próximos seis meses. No puedo enfrentarla sin saber la verdad.
—Max.
Nada. Su respiración es profunda, regular.
—Max —más fuerte esta vez.
Sus ojos se abren de golpe, completamente alerta. Años respondiendo