Evan soltó un profundo suspiro, irritado por el constante zumbido de su móvil que vibraba insistentemente en su mano. Por un instante, se reprochó no haber eliminado aquel contacto cuando tuvo oportunidad. La imagen de Amber, mucho más joven en una foto de hace años, apareció en la pantalla. La visión lo transportó brevemente a los días de la universidad, a un tiempo que prefería no revivir. Ahora, después de tanto tiempo, ella volvía a su vida de una manera inoportuna, pretendiendo llamar y, al parecer, restablecer una conexión que él consideraba ya rota.
Con el ceño fruncido, deslizó el dedo por la pantalla antes de llevarse el teléfono al oído. Su voz, áspera y cargada de molestia, rompió el silencio.
—¿Qué quieres, Amber?
Del otro lado, el tono de la mujer reflejaba sorpresa y cierta nostalgia, como si no esperara esa dureza en sus palabras.
—No me has eliminado —respondió ella, casi incrédula—. Pensé que no te habías comunicado conm