.7.
—Papá... —susurró Sofía, su voz quebrándose por la emoción.
Su madre, por otro lado, mantuvo su postura firme, sabiendo que lo que estaba en juego era más que el futuro de su hija. Era el legado familiar.
—No tenemos otra opción, Sofía. Lo haces por tu familia. Por tu padre. Él no puede soportar más esta presión. Y aunque sé que amas a ese joven, Hugo, debes entender que ahora tienes responsabilidades más grandes que tu propio corazón.
Sofía sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Todo se tornaba gris. La decisión ya no era solo sobre ella y su deseo de estar con Hugo. Era sobre su familia, su padre, y el hecho de que si no hacía esto, podría perderlo todo, incluida la vida de su propio padre. Miró a Fernando, quien estaba observando la situación con una mezcla de incredulidad y furia. En sus ojos había una comprensión amarga de la gravedad de la situación.
—Fernando, lo siento... —dijo Sofía finalmente, mirando a su esposo con dolor—. Lo siento de verdad. No quería que est