Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer de la tercera luna pintó el cielo de un color rojo sangre. No hubo palabras entre ellos. Se vistieron en silencio, cada movimiento era deliberado y lleno de propósito. Elizabet se ató el cuchillo al muslo y se ajustó el collar de garra sobre su pecho. Darius se ciñó el taparrabos de cuero y se colgó el hacha de piedra a la espalda. Eran dos depredadores listos para la caza.
Cuando salieron de la cabaña, el clan entero ya estaba en movimiento. Nadie los miró directamente, pero sintieron el peso de cientos de ojos sobre ellos mientras caminaban hacia el centro del valle. Una procesión silenciosa se formó a sus espaldas, siguiéndolos a una distancia respetuosa.
La Roca del Desafío era una enorme plataforma de granito liso que se elevaba en el centro de un anfiteatro natural. Las laderas del valle formaban gradas perfectas, y ya estaban llenas de hombres-bestia, sus silue







