Mundo de ficçãoIniciar sessãoValeria no se fue a la mañana siguiente.
No porque no quisiera. Sino porque cuando bajó las escaleras con su maleta y Dmitri en brazos, encontró a Aleksandr durmiendo en el sofá de la sala. Había estado esperándola toda la noche.
Sus ojos se abrieron cuando la escuchó, rojos e hinchados. Se veía destrozado.
—Por favor —dijo antes de que ella pudiera hablar—. Por favor, no te vayas sin dejarme arreglar esto.
—No hay nada que arreglar, Aleksandr.
—Entonces cásate conmigo de todas formas —se puso de pie, desesperación emanando de él—. No por razones legales. No por negocios. Solo porque quiero pasar el resto de mi vida demostrándote que elegí mal pero puedo aprender a elegir bien.
—Aleksandr...
—Una semana. Dame una semana para preparar una boda. Algo pequeño, íntimo, solo familia. Y si al final de esa semana todavía quieres irte, no te detendré. Tendrás custodia completa. Tendrás todo lo que quieras. Solo... dame esta oportunidad.
<






