El apartamento estaba sumido en un silencio que solo interrumpía el sonido de la lluvia golpeando contra los cristales. Valeria observaba las gotas deslizarse por la ventana mientras acariciaba distraídamente su vientre. Cuatro meses. Cuatro meses desde aquella noche en la fiesta clandestina que había cambiado su vida para siempre.
El teléfono vibró sobre la mesita de noche. Un número desconocido. No necesitaba ver el remitente para saber quién era.
*"Edificio Mirador. Apartamento 1701. 9 PM. Ven sola."*
Aleksandr y sus órdenes. Siempre tan directo, tan imperativo. Valeria dejó escapar un suspiro mientras releía el mensaje. Debería ignorarlo, debería bloquear ese número y olvidarse de todo. Pero sabía que no lo haría. No podía.
Después del enfrentamiento con Iván, Aleksandr había decidido mantenerla cerca pero lejos de los ojos de la ciudad. "Por seguridad", había dicho él. "Por control", pensaba ella. Sin embargo, había algo en esos encuentros clandestinos que la hacía volver una y ot