Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa grabación de Elena había hecho lo imposible: encontrar aliados dentro del mismo gobierno ruso.
No todos en Moscú aprobaban los métodos de Viktor Kozlov. Algunos veían su operación como lo que era: un abuso de poder disfrazado de lealtad patriótica. Y cuando la evidencia llegó a las manos correctas, las puertas comenzaron a abrirse.
Tres días después de la gala fallida, Aleksandr recibió una llamada de un número desconocido.
—Volkov. Tenemos una ventana de treinta minutos. Mañana, 3 AM. Los guardias serán... distraídos.
—¿Quién es usted?
—Alguien que cree que Kozlov







