Mundo ficciónIniciar sesiónLa gala de caridad era exactamente como Elena había descrito: la élite de Moscú en vestidos de diseñador y trajes caros, fingiendo que les importaban las causas mientras bebían champán de mil dólares la botella.
Elena entró con credenciales falsas, vestida para mezclarse. Aleksandr y Nikolai esperaban en la van afuera, monitoreando las comunicaciones.
—¿La tienes? —preguntó Aleksandr por el auricular.
—Acabo de entrar. Buscando a Valeria —la voz de Elena era calmada, profesional—. Hay mucha seguridad. Más de lo esperado.
—¿Puedes abortarlo?
—No. Ya estoy comprometida. Dame tiempo.







