86. Pagará por lo que hizo
El sonido del cerrojo retumbó dentro de la celda.
Lana dio un respingo ante el sonido repentino, no había escuchado que nadie se acercara a la celda. No había tenido tiempo de limpiarse el rostro, ni de ocultar el temblor en sus manos.
Sus ojos se alzaron cuando su aroma llegó a sus fosas nasales. Su olor entró primero que él.
Eryx llenó el espacio con su imponente cuerpo y su sombra cubrió el suyo.
No dijo nada al principio, pero sus ojos estaban fríos sobre ella.
Lana sintió que su corazón latía dentro del pecho cada vez más rápido pero el dolor también la sacudió ante la mirada de él.
—Levántate —ordenó con una voz tan baja que pareció un gruñido gélido.
Lana lo miró aturdida, sin moverse.
Evander apareció detrás de él, rígido.
—¿Alfa...?
—Cállate.
Él dio un par de zancadas sin quitarle la mirada de encima, Lana vio la tensión en sus músculos y en su mandíbula, Eryx detuvo tan cerca que ella pudo sentir el calor de su cuerpo, ese que conocía tan bien y que ahora le quemaba.
—Levánta