151. Nadie amenaza lo que es mío

La sangre de Nina aún estaba tibia en su piel y le producía una sensación pegajosa, un recordatorio de lo que acababa de hacer. No sentía culpa, solo una liberación profunda, como si hubiera cortado el último hilo que la ataba a su pasado de humillaciones.

Pero no podía presentarse así ante sus cachorros. No con las manos manchadas de muerte.

Subió las escaleras hacia la habitación que había compartido con Eryx, se despidió y agradeció a la hembra que había estado cuidándolos y enseguida se dirigió al baño, se desvistió con movimientos mecánicos, dejando caer la ropa ensangrentada al suelo, pronto abrió el grifo y Lana se metió bajo el chorro de agua caliente, cerrando los ojos mientras el rojo se diluía

desapareciendo por el desagüe. Frotó su piel con fuerza, lavando no solo la sangre, sino el peso de años de dolor. Su loba, aún agitada pero satisfecha, se acurrucó en el fondo de su mente.

Cuando salió, envuelta en una toalla suave, se sentía renovada.

Se puso un camisón y sus pies l
ANGGIE VILLALOBOS

Gracias por leer

| 3
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP