137. Transformación
Con un movimiento brusco, casi violento, Lana se soltó de sus manos, empujándola hacia atrás con una fuerza que sorprendió a ambas.
—Tú hiciste esto, conspiraste para que esto sucediera, ¿Verdad? —preguntó con los ojos llenos de cólera—. ¿Dónde están? ¡Habla!
Su voz no sonó como la suya, era más grave, más profunda sin dejar de ser femenina.
Laura se detuvo en seco mirándola con culpa y miedo.
—Lana, escúchame...
—¡¿Dónde están mis cachorros?! —rugió descontrolada—. ¡¿Dónde están Samuel y Sarah?! ¡Tú lo sabes! ¡Tú participaste en esto!
El sonido salió distorsionado, casi animal, ni siquiera le importó que algo hubiera cambiado dentro de ella. Laura dio un paso atrás, aterrada, como si recién en ese momento estuviera viendo a su hija de verdad.
—Yo... yo solo quería protegerte —balbuceó—. A los tres, ellos estarían mejor lejos de él...
Esas palabras la hicieron arder aún más en aquella furia brutal, que estaba experimentando. Lana avanzó un paso con los ojos encendidos, su pecho subía