Cap. 110: Disfruta tus últimas horas.
Iker colgó sin responder.
El silencio que quedó en la habitación fue brutal. Él aún tenía el teléfono en la mano cuando Valentina, envuelta en la sábana, se incorporó con el ceño fruncido.
—¿Qué pasa? —preguntó, viendo su expresión transformada.
Lisandro respiraba agitado, el pecho subiendo y bajando como si hubiese corrido una maratón. Necesitó un segundo para reunir palabras.
—Secuestraron a Amelia —dijo al fin, con la voz baja, dura, llena de una preocupación que no supo ocultar—. Hoy. En el día de su boda.
Valentina sintió un pinchazo inesperado.
Él ya estaba vistiéndose con movimientos rápidos, automáticos, enfocados en una sola cosa: salir de allí.
—Debo irme —añadió mientras se abrochaba la camisa con dedos temblorosos.
Valentina lo observó sin decir nada por un instante.
—Claro… —susurró ella, ocultando la punzada bajo una sonrisa débil—. Ve. Haz lo que tengas que hacer.
Lisandro asintió sin verla realmente, ya envuelto en su tormenta, ya lejos mentalmente aunque aún estuvier