Cap. 3: Divorcio inmediato.
La palabra “divorcio” estalló como dinamita en medio de la habitación. Fue un trueno seco, definitivo.Lisandro se quedó paralizado. Parpadeó una vez, y luego otra, como si no pudiera procesar lo que acababa de oír. El mundo pareció detenerse un segundo. Entonces, su expresión se transformó en una máscara de desprecio. La jaló hacia él con violencia, aferrándola por los hombros, como si pudiera retenerla a la fuerza. Su mirada era puro veneno, dura, cruel, venenosa.—¿Divorcio? ¿Y sin mí qué puedes hacer? —espetó con una voz baja, peligrosa—. ¿Con qué vas a vivir? Ya estás acostumbrada a todo esto. Sin la familia Elizalde, Amelia, no eres nada. ¿Quién va a fijarse en ti?Cada palabra fue lanzada como un cuchillo, con la intención clara de destruirla. No era solo arrogancia: era miedo disfrazado de dominio.Pero Amelia sonrió. Era una sonrisa quebrada, triste y, sin embargo, poderosa. La sonrisa de quien ha sido desangrada por dentro, pero aún de pie seguía respirando.—Sí, no soy na
Leer más