—Estás loca —Pasa un brazo por mis hombros.
—Lo sé —aseguro, recostando mi cabeza en su pecho.
—Voy a cuidar de ti —me promete.
—También lo sé.
—Y de mi princesita —jura, pensando en Aye.
—Cuento con eso —pronuncio, y beso su mejilla. Me sonríe y aprieta mis hombros con su mano.
-¿Corona? —pregunta, con una ceja levantada.
—Sip —Saltamos del escenario para caminar hacia la barra.
—Voy al baño —avisa después de pedir las cervezas.
—Está bien —asiento.
—Cantas bien —habla un hombre a mi lado.
—Gracias —digo, mirándolo de soslayo.
El tipo vuelva a hablar, lo miro de reojo y bebo un trago de mi cerveza; no sé qué dice señalando con la mirada a Gaby, que se acercaba a nosotros. Entonces, le doy una mirada significativa, la cual entiende a la perfección; pasa el brazo por mis hombros y besa mi mejilla. El hombre se da la vuelta y se aleja, murmurando por lo bajo.
—No puedo sacarte a ningún lado —ironiza.
—No saques la correa todavía —bromeo.
—Dame eso —toma la Corona y le da un generoso tra