Cuando llegué a mi casa, Lucas ya me estaba esperando y no tiene buena cara.
—Hey, me estás matando de la intriga —suelto, saludándolo con un beso en la majilla.
—Entremos —fue todo lo que dijo.
Una vez adentro preparamos café y nos sentamos en la cocina.
—Bien, habla de una vez, ya te tuve mucha paciencia –lo insto.
—Bueno, encontraron el escondite de Dany.
—¿Qué? ¿Lo tienen?
-No. Cuando ya llegaron se había ido, el lugar estaba vacío; se movió rápido, estuvo visitando a algunas personas, habló con la gente de Esteban...
—¿Esteban? ¿Qué mierda quiere con él? —lo interrumpo.
—No lo sé; seguramente saldrá del país, sabe que lo estamos buscando, y sabe que Esteban tiene los medios. No es para que te alteres ni te preocupes, solo quería que estés al tanto de lo que está pasando, ¿sí?
—Sí... ¿En dónde encontraron su escondido? —pregunto.
—En el sur; en Neuquén, Comahue. Pero como te dije, ya no está ahí; el lugar estaba limpio para cuando llegaron los policías. Están vigilando a Rafa, sab