Siento que me ahogo, empiezo a toser y escupir agua, siento algo pesado en mi boca y otra vez como me inunda el líquido; me ahogo, toso y escupo agua. Me arden los pulmones, mi garganta está irritada y todo mi cuerpo me quema; es como si tuviese millas de agujas prendidas fuego, clavadas por todas las partes de mi cuerpo. Vuelvo a sentir que me ahogo y me vomito encima.
—¡Ya despertó! —Escucho la voz de un hombre como si fuese un eco.
Entorno los ojos para distinguir lo que pasa a mi alrededor, y veo al idiota que estuvo cortando mi cuerpo, con una cubeta en la mano; más allá diviso a Dany, quien se está acercando a nosotros, y me doy cuenta que lo que me pesa en la boca es una toalla mojada, que él retira antes de comenzar a hablar.
—Apuesto a que todavía recuerdas cómo eran nuestras sesiones de torturas —suelta con sorna. Intento hablar, intento decirle todo un glosario de puteadas que tengo para él, pero me es imposible articular palabra; mi garganta está adolorida, y la siento inf