ARIA
Me removí en la cama cuando Nikolai salió de la habitación, sintiendo el espacio frío donde antes había estado su cuerpo. Podía escuchar sus pasos alejándose y, después de un momento, el murmullo apagado de voces en el piso de abajo.
Suspiré y, justo cuando pensaba en levantarme, mi teléfono vibró sobre la mesita de noche.
Miré la pantalla.
Azriel.
Respondí de inmediato.
—Hermano.
—Pequeña —su voz sonaba tranquila, pero había algo en su tono que no encajaba—. ¿Dónde estás?
—En la casa de Nikolai.
Silencio.
Podía escuchar su respiración al otro lado de la línea.
—Darya está contigo, ¿verdad?
Mis cejas se fruncieron apenas.
—Sí.
—¿Cómo está?
Hubo algo en la forma en la que lo preguntó, algo sutil, pero lo capté al instante. No era solo curiosidad, había preocupación genuina en su voz.
—Está lastimada —respondí con suavidad—. Tiene una herida de bala en el costado, pero está bien… dentro de lo que cabe.
—¿Qué le pasó?
Jugué con una esquina de la sábana entre mis dedos.
—No puedo dec