Camila St. Clair sabía de la existencia de la nueva mujer en la vida de su amado Eirikr Jackson. Ella la vio alejarse cuando fue echada por él de su edificio. Había estado intentando llamar a Vincent para que este le diera detalles de la chica, pero era imposible. No le contestaba.
Hubo un tiempo, hace un par de años, en el que Vincent Starling estuvo enamorado de ella, así que cedía fácilmente a sus caprichos, pero todo eso terminó cuando conoció a quien él cree que es el amor de su vida: Vera Sinclair.
—Papi, debes averiguar qué está pasando. Sé que hay algo raro —pidió Camila con voz melosa a su padre.
—Cariño, lo que suceda o no, no es tu asunto. Deja de andar rogándole a ese pendejo —pidió su padre sin siquiera mirarla.
Era su hija mayor y, por lo tanto, la más consentida de la familia. Distaba mucho en su forma de ser de sus demás hermanos. Los otros, varones todos, eran personas sensatas. Aunque seguían los pasos de su padre en la mafia, no les interesaban tales banalidades co