—¿Qué hacemos aquí, Aylin? —, le preguntó Damián con mucha molestia cuando vio que estaban parqueados frente al lugar donde la vio besarse con Johnny.
Él empezó a rascarse el cuello como si tuviera alergia, y ella que bien conoce que él suele hacer eso cuando está a punto de tener un arrebato de furia, le dijo:
—En realidad necesito pedirte un pequeño favor.
Lo llevó engañado a la casa de sus padres y Damián con su temperamento explosivo era un problema latente.
—¡Ningún favor! Aylin, pareces que olvidas que soy tu jefe. Supuse que irías a comprar algo cuando pediste desviarnos.
—El día que me vi aquí con Johnny, fue porque vino a meterle en la cabeza a mi padre, que sería bueno casarme con él para limpiar mi imagen, y mi padre está obsesionado con esa opción, ¿entiendes?
— ¡¡Sin embargo, vi que aceptaste con alegría!!—, gruñó él con dientes apretados.
—Para ser solo mi jefe, parece molestarte.
Damián se echó a reír con ironía.
—Aylin, ni siquiera con mi difunta esposa, sentí celos,