MAXIMILIANO
—Lo volvería a hacer con tal de declararle la guerra a la mafia rusa. Esos animales no merecen vivir.
Me sorprende la intensidad de su odio y entre mas hable, mejor para mi.
—¿Tú eres consciente de que acabas de dañar un tratado de paz que nos beneficia a todos? Cuando no somos enemigos, podemos trabajar juntos y prosperar, acabar con nuestro mayor enemigo que es la mafia italiana.
Rusland se ríe con desprecio y es lo que necesito, claramente.
—No me importa. Ustedes son los que están mal en el mundo. La mafia rusa es una plaga que debe ser erradicada.
Me enfurezco al escuchar sus palabras dejando que se hunda el solo el puñal.
—¿Por eso traicionaste, vendiste y mataste a tu propio jefe? ¿Porque estaba trabajando con la mafia rusa?
—Sí, por eso. Mi jefe era un cobarde que se había vendido a los rusos. No merecía vivir.
Me doy cuenta de que Rusland está consumido por su odio hacia la mafia rusa y que no hay vuelta atrás para él.
Miro a Alita con una expresión fría y distant