MILA
Me despierto temprano, sintiendo una emoción que me recorre todo el cuerpo. Hoy es el día de mi boda. Me levanto de la cama y miro hacia la cuna de mis hijos, que duermen plácidamente. Pienso en cómo ha cambiado mi vida desde que los tuve, y en cómo Maximiliano y yo hemos construido una familia juntos.
Me acerco a la cuna y los miro con ternura. Quiero que sepan que mamá se va a casar con papá hoy, y que vamos a ser una familia aún más unida. Les doy un beso suave en la frente y me dirijo al baño.
Me ducho con agua tibia, sintiendo cómo el calor relaja mis músculos y me prepara para el día que se avecina. El sonido del agua cayendo sobre mi piel es casi musical, y me hace sentir viva. Me lavo el cabello y el cuerpo, disfrutando del momento de soledad y tranquilidad.
Después de ducharme, me envuelvo en un albornoz suave y esponjoso. Me siento fresca y renovada, lista para enfrentar el día que viene. Me miro en el espejo y sonrío, sintiendo una sensación de anticipación y emoción.