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Cuando baje a la sala, para mí sorpresa estaba mi abuelo hablando amenamente con Catalina, yo respire profundo, esto cada vez se ponía peor.
Mi abuelo me miró y me hizo una seña con la mano para que me acercarse.
Yo camine a él y lo salude de dos besos, Catalina me sonrió y también la saludé.
— ¿Como estás hijo? — Me preguntó mí abuelo.
— excelente, no sabía que Caesar te había invitado — Mi abuelo me sonrió.
iba a partirle una pierna a Caesar por esta broma tan de mal gusto.
— Él no me había dicho nada, solo llegué a visitarlo y me encontré con esto — Me dijo mi abuelo inocentemente.
De las excusas mas mediocres que me han dicho en la vida, está se lleva el primer puesto.
— Pero que bueno que llegue, así pude conocer a una mujer tan maravillosa como Catalina — Me dijo.
— Lo que más me gustaría en esta vida, querido abuelo, es que te vuelvas a enamorar, y tienes razón, Catalina es una maravilla mujer — Le dije.
Mi abuelo me miró mal y Catalina agachó la cabeza con vergüenza.
— ¿Pode