C41: Eres tan hermosa como lo imaginé que serías.
Somali parpadeó, desconcertada.
—¿Mi aroma…? —repitió en un tono que oscilaba entre la confusión y la duda.
No podía entender por qué él decía eso. Había pasado demasiado tiempo sin poder asearse correctamente, y aunque la doctora Zeira le había ayudado a limpiar sus heridas y asegurarse de que no tuviera infecciones, no estaba precisamente en su mejor estado. No olía a flores ni a nada particularmente agradable.
Dorian esbozó una ligera sonrisa, como si pudiera adivinar sus pensamientos.
—Cada ser vivo posee un aroma único, algo que lo define más allá de lo visible —explicó con paciencia—. Para nosotros, los lobos, el olor es más que un simple sentido. Es identidad, es pertenencia, es la forma en que entendemos el mundo. Quizá aún no lo has notado, pero tú también lo percibes. Solo que no le has prestado atención.
Somali bajó la mirada por un instante, reflexionando sobre aquello. Era cierto que su sentido del olfato era más agudo. Había notado fragancias más nítidas, la madera húmed