C26: Derribemos primero al verdadero enemigo.
Dorian la observó sin articular palabra. No había enojo en su expresión, ni rastro de la ira que cualquiera podría esperar ante la hostilidad de Somali. Solo la contemplaba, con esa serenidad imperturbable que tanto la desconcertaba.
—Tu mente está envenenada, Somali —aseveró—. Y mientras sigas aferrándote a esa rabia, mientras no seas capaz de escuchar más allá de lo que Nolan te hizo creer, será imposible que tengamos una conversación real.
El tono de su voz no era condescendiente ni recriminatorio. Era un hecho, dicho con la frialdad de quien ha aprendido a enfrentar el dolor con racionalidad.
—El día en que estés lista para abrir la mente, cuando realmente puedas aceptar todo lo que tengo para decirte, hablaremos en condiciones más justas. Pero ahora mismo, lo importante no es eso. Lo primordial es que te recuperes. Estás débil y lastimada. Necesitas sanar. Por lo tanto, vas a quedarte aquí. Comerás bien, beberás suficiente agua, descansarás. Recuperarás tu fuerza, tu estabilida