Emanuel colgó el teléfono frustrado, su padre estaba muy insistente en que tenía muchas obligaciones. Giro observando como Doris se despedía de lejos, al terminar de hablar colgó el teléfono regresando al lado de Grecia. “Te llevaré a un lugar”.
Salieron del restaurante, Grecia estaba inquieta. “¿A dónde vamos?”. Emanuel de repente estaba muy serio. El solo la miro un momento diciendo. “Te va a gustar”.
Condujeron por la ciudad hasta las afueras y subieron un camino largo de piedra llegando a un mirador. Grecia salió del auto observando toda la ciudad. “¡Es increíble!”. Exclamó.
Emanuel puso el brazo en sus hombros dándole un pequeño beso en la mejilla. “Es mi lugar favorito”.
Grecia sonreía mientras Emanuel la abrazaba miraban juntos como el sol se escondía y poco a poco la noche llegaba, en momentos conversaban de trivialidades mientras oscurecía.
Ya era un poco tarde, ambos estaban recargados mirando las luces de la ciudad, Grecia levantó su mirada hacia Emanuel que estaba absortó