El anciano resopló. “No me involucraré en este asunto. Ya eres mayor y tomas tus propias decisiones”.
Salió de la habitación con la incertidumbre de lo que depararía el futuro.
Fin del recuerdo…
Y ahora estaba sucediendo. Gustavo, su hijo, había causado la partida de Emanuel. Para él, Emanuel era el próximo sucesor de la escuela… ¿Cómo podía irse? Además, Jimena había sido criada de una forma que no la preparaba para asumir un compromiso tan grande. Ni su carácter ni sus aptitudes eran suficientes. Farid, por su parte, era más relajado; no le atraía el mundo de los negocios ni la gran responsabilidad que eso implicaba.
Su asistente entró con unas carpetas. Empezó a leer: cada una era un informe sobre Grecia, su vida, su familia, lo que hacía, comía… todo. Al final, le informó. “La señorita Medina todavía está embarazada”.
Un sentimiento indescriptible se formó en el corazón del anciano. Observó cómo su mano temblaba. Sabía que le quedaba poco tiempo.
Grecia había regresado a las prácti