Pero antes de poder actuar, tenía que consolidar nuestra posición en Sicilia y desenredar la maraña de traiciones que habían llevado a "Los Garibaldi" al filo de la destrucción.
—Tengo todo listo para partir hacia Roma después de nuestra reunión con Rocco, aunque no estoy seguro de que lleguemos a tiempo para la boda —comentó Dante, desplomándose a mi lado con un suspiro. Su mirada estaba cargada de preocupación. —Jefe, empiezo a creer que realmente van a hacerle daño el día de su boda. ¿No sería prudente al menos avisar al doctor Luigi?—¿Luigi? —repetí, una sombra de duda cruzando mi mente. —¿Crees que mi hermano estaría dispuesto a ayudar después de todo lo que la familia de Celia le hizo pasar? Mi hermano, uno de los mejores médicos de Italia y tal vez del mundo, había ama