Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio que siguió a sus palabras fue tan denso que casi podía cortarse con un cuchillo. Nos miramos unos a otros, atónitos ante la revelación. Mamá, nuestra propia madre, nos había estado engañando a todos en nuestras caras, sobre todo a nuestro padre, al cual miramos con una mezcla de compasión y desconcierto. La voz de papá, cargada de incredulidad, rompió finalmente el silencio:
—¿Todos los años? Pero si Giuseppina siempre dijo que iba a visitar a una amiga en el sur... —se interrumpió, la realización golpeándolo como un mazo mientras comprendía la verdadera naturaleza de esas "visitas".—Parece que tenemos mucho que hablar con mamá —dijo Fabrizio con determinación—. Esto cambia todo. No solo tenemos un lugar seguro al que ir, sino que también tenemos una familia por parte de mamá por descubrir.






