FABRIZIO:

 Ese día, como el actual jefe de los Garibaldi y  tercer integrante vivo con el nombre heredado de la familia, “Fabrizio", me dirigí a la finca donde mi abuelo solía pasar sus días. En el camino persuadí a papá, Fabrizio César, para que me acompañara. Estaba decidido a desentrañar toda la historia familiar y su enredo con las recién descubiertas brujas Janare. Algo en la historia que contó Vittorio me decía que venía de muy atrás, no de ahora.

 Al llegar, nos topamos con una escena que no esperábamos: mi abuela, amarrada a una silla, mientras mi abuelo jugueteaba nerviosamente con una de sus pistolas de oro, reliquia familiar, entre sus manos.

—¿Papá, qué demonios crees que haces? —exclamó mi padre, corriendo para liberar a su madre. Un disparo certero del abuelo en sus pies lo detuvo en seco.