DANTE:
Sin responder, la tomé de la mano y salimos al encuentro de los demás. Lancé el dispositivo en medio de la mesa y anuncié:
—Tenemos un grave problema. Eso se lo dio tu madre, Alonso, a Diletta, diciendo que Filipo se lo había mandado para que no se perdiera en los laberintos cerca de la clínica. Estoy seguro que es mentira, ¿sí él andaba con Diletta, por qué la iba a mandar a usar eso? Así que, si no me equivoco, por ahí supieron dónde estaba el refugio y Celia —dije con seriedad—, porque si lo observan, es un rastreador que puede emitir señal incluso desde grandes profundidades de la tierra. Entonces ya saben que estamos aquí. —Diletta, ¿qué recorrido hiciste con Filipo antes del ataque? —preguntó Fabrizio con gravedad. Diletta tragó saliva, su rostro palideció al reco