149. CONTINUACIÓN
DILETTA:
Aunque no podía discernir sus pensamientos, algo en la atmósfera sugería que Alonso tramaba algo más complejo y siniestro de lo que podíamos imaginar para esos tres maleantes. Su presencia allí, me llevaba a preguntarme sobre la naturaleza de sus sentimientos hacia Celia. ¿Sería posible que, detrás de esa fachada imperturbable, existiera un verdadero amor por ella?
La cena inició con un ambiente cargado de tensiones no dichas y miradas que cruzaban el espacio como flechas invisibles. La presencia de Alonso, tan enigmática como amenazante, añadía una dimensión adicional al peligro que ya percibíamos.
—Y dime, Celeste —rompió el hielo Alonso, su voz resonando con una calma inesperada que capturó la atención de todos—. ¿Tienes novio?
La pregunta, aparentemente inocente, generó ondas de sorpresa y especulación. La mirada de Celeste, nerviosa y titubeante, se cruzó brevemente con la mía. Parecía temer que revelara su relación clandestina con Roger. Sin embargo, elegí no decir