MARCOS VACILLE "El tiburón" devoró y arrasó todo a mi paso, represento varias empresa importante de la ciudad incluyendo la de mi amigo EMILIANO FERRER.Trabajo con en una gran firma de abogados de Roma donde también soy socio, somos un gran equipo tenemos los mejores representantes aquí no tenemos competencia no hay nadie que nos iguales, aquí están los mejores. "VACILLE & DELOITTE" desde los 25 años ejerzo mi carrera profesional, ahora tengo treinta y dos años, lo que me falta por aprender por que cada día aparece algo que aprender. Mónica Morrone , tengo 26 años de edad, me gradué de abogada , hace tres meses, con mucho sacrificio puede salir adelante con mi carrera, hasta que al fin tengo mi título de abogada.. fui criada por mis abuelos, ya que mi madre tuvo que dejarme con ellos, emigró a otro país. un trabajo es primordial, ayudar a sus abuelos y devolverle todo el sacrificio que hicieron en ella.
Leer másPrólogo
Tengo un severo problema que nunca imaginé que me pasaría. Aparece una loca diciendo que tiene un hijo y que ese niño es mío, algo que dudo mucho, porque siempre fui precavido y cuidadoso al protegerme. En cada encuentro sexual usaba preservativo para evitar justamente lo que me está pasando ahora. Además, no la recuerdo. Necesito solucionarlo. Tengo que probar que no lo es. Si quiere sacarme dinero metiéndome por los ojos a ese niño, está muy equivocada. -Ni un solo centavo le voy a dar -afirmo con determinación-. Quizás busca fama a través de mí; sabe que soy un hombre reconocido. También podría querer dañar mi carrera. Sea lo que sea, lo voy a descubrir. Me aseguraré de que sea verdad, tendré las pruebas en mis manos y la voy a refundir en la cárcel por tratar de dañar mi imagen. Tengo que hablar con ella. Quiero evitar un malentendido entre nosotros. Hace poco le confesé lo que siento por ella; necesito que confíe en mí, ya que en mi vida pasada era un don Juan. Pero, ¿qué podía hacer? Tenía necesidades que cubrir. No sabía que algún día, o por lo menos no tan pronto, caería en la red de una mujer, y caí con "mi gatita". Ha sido difícil, pero me gusta su personalidad, su carácter de no quedarse callada. Me gusta hacerla enojar; sé cómo quitarle el enojo. -¿Quién diría que esa noche que nos conocimos pasaríamos a algo más? -pienso, recordando cómo bailamos hasta cansarnos. Luego de unos cuantos tragos y miradas, coqueteo. Lo bueno vino después, dentro de mi habitación. Al imaginarlo, se me eriza la piel. Lo mejor que pudo haber hecho mi amigo fue irse con su novia -pensé mientras esbozaba una sonrisa en mi rostro-. Llevar a su amiga a su casa... ja, claro que lo hice, después de que pasamos una gran noche -menciono para mí mismo-. Eso él no lo sabe -concluí. Nunca llevé un ligue a mi apartamento. Tal vez estaba esperando a la indicada y esa es Mónica, mi fiera gatita. Todo fue nuevo para mí desde que sentí la conexión; fue diferente. Y con ella no hubo duda en ningún momento. Solo bastó tocarla, sentirla entre mis brazos, probarla una vez para querer más de ella. Así fue. Le hice el amor todo el resto de la noche hasta que quedamos exhaustos. A partir de ese momento no dejo de pensar en ella y menos de verla. Es mi adicción; es cuidarla, apreciarla. La amo tanto que sin ella no sé qué sería de mí. Suelto un suspiro, por primera vez temiendo lo que pueda pasar. Con el teléfono en la mano, marqué los números. El sonido del timbre me indica el repique. Mis nervios comienzan a fluir; el ritmo de mi corazón me indica la arritmia cardíaca. -¡Joder! -dije al darme cuenta de cómo estoy. -Hola, preciosa -dije después de soltar el aire que tenía retenido en mis pulmones, ocultando mi voz de preocupación-. ¿Podemos vernos en casa? -le pregunté. Si quiero cuidar y proteger nuestra relación que apenas comienza, debo ser sincero. Solo espero que Mónica pueda entender la situación. Si el niño resulta ser mío, aunque lo dudo, nada va a cambiar entre los dos; me haré responsable de él. -Hola, precioso -respondió ella con voz dulce-. ¡Sí, allá estaré a las seis! ¿Todo está bien, Marcos? -pregunta y siento que lo intuye. -Es un tema delicado -le hago saber-. No te lo puedo decir por teléfono. Ella no dice nada, y el silencio se siente como una eternidad. -Está bien -dijo finalmente-, nos vemos más tarde. -Gracias, hermosa, te quiero. -Y yo a ti -expresó antes de cortar la llamada. Marcos pasó el resto de la tarde preocupado, sin poder concentrarse bien en el trabajo, pensando en cómo abordar el tema y también en su reacción. Lo que más le preocupaba era perderla. -Eso no, lucharé hasta el final -expresó al levantarse de la silla y dirigirse a la ventana de cristal. HORAS MÁS TARDE... No pude quedarme un minuto más en la oficina; tuve que salir de allí. El encierro me asfixiaba. Ahora estoy aquí, más ansioso, mirando la hora de que ella entre por esa puerta. Me dirijo a la cocina, buscando distracción. Saqué pan, jamón, queso, tomate y lechuga. Procedo y armo hasta tener el sándwich listo. Coloco los platos y copas para una sencilla cena. -Ya estoy aquí, ansiosa por saber qué es tan importante que no podías decir por teléfono -dijo Mónica. Casi el corazón se me paraliza al escucharla.CAPÍTULO 7Mónica Moretti.¡EL ADONIS, UN MUJERIEGO!Pienso en lo que me pasó anoche y todavía no lo puedo creer. Lo que causó el sueño en mi cuerpo fue tan real, todo lo que ese hombre me hacía. Lo pienso y siento un toque ahí abajo.-¿Estoy necesitada? -dije somnolienta. Más que una pregunta, lo confirmo. Tuve que levantarme e ir al baño a lavar mis partes.-¿¡Me mojé!? -estaba tan empapada de mis propios fluidos. Sigo murmurando. Es la primera vez que me pasa.Le echo la culpa a ese hombre que está como le da la gana. Yo estaba muy tranquila trabajando cuando él apareció mostrándose ante mis ojos.-Maldito, ¿cómo anda por la vida causando estragos? -expresé con frustración.Salgo de la cama molesta y no sé por qué. Me doy un baño. Esta vez tardé un poco más; necesito calmar mis temperamentos y mis hormonas. Lavo mi cabello masajeando suavemente el cuero cabelludo y, bajo el agua, quito el resto del jabón de mi cuerpo. Salgo de la ducha envuelta con el paño, agarro la crema humectan
CAPÍTULO 6Mónica MorettiSUEÑO HÚMEDOLas horas pasan y nada culmina mi día. Estoy tan ansiosa de salir y llegar a casa que siento que el tiempo se arrastra. La fluidez de clientes no ha parado desde que inicié mi jornada laboral; el lugar está repleto, lo que significa más trabajo y más propinas para todas nosotras que atendemos las mesas.Me encuentro en el baño. Después de terminar de hacer mis necesidades, lavo mis manos y rostro.-Necesito vacaciones -expresé con cansancio.Tocan la puerta, anunciando que debo apresurarme. Ruedo los ojos con fastidio; puedo reconocer la voz de Betty. Esa mujer es un verdadero fastidio.-¡Ya salgo! -grité, enojada. Siempre es lo mismo con ella; me tiene el ojo puesto. Pero no me dejaré intimidar. Ha buscado motivos para que me despidan, pero ese gusto no se lo voy a dar. Si me voy de aquí, será con la frente en alto. Terminé de secar mi rostro y me dirigí a la puerta. Cuando abrí, me encontré con esa mujer frente a mí y solté un suspiro de fastid
CAPÍTULO 5. Marcos Vacille.Tiempo actual.Salgo de los tribunales satisfecho, y el veredicto del juez fue justo para ese desgraciado ladrón de cuello blanco. Un caso más resuelto para el día de hoy y uno más en mi lista de triunfos.Saco las llaves de mi auto, llego hasta él y me adentro en este. Dejo el maletín en el asiento de atrás, me quedo unos minutos y, antes de ponerme en marcha, saco mi teléfono y busco en los contactos a Leti, mi secretaria.-Leti, no regresaré a la oficina. Nos vemos el lunes -le informé. Enciendo el auto y me dirijo a casa; necesito un baño y un corto descanso. Allá decidiré si me quedo o salgo a conquistar o ser conquistado. Río de mis ocurrencias.Para los que no me conocen, me llamo Marcos Vacille, tengo treinta y dos años, soy un hombre soltero, me gusta lo que hago; mi trabajo es mi prioridad. En mis tiempos libres me divierto.Mi vida laboral es un caos total: juicios, tribunales, fiscalía, el bufete, entre papeles, documentos y, sin contar lo que
CAPÍTULO 4.Marcos Vacille.Llegó el gran día.Dejé a Evelyn en la habitación; la verdad es que siento pena por ella. No debió ilusionarse conmigo. No pensé que su interés por mí lo tuviera desde hace tiempo atrás; nunca lo noté en todo este tiempo que compartimos en algunas clases. No soy un hombre cruel que le gusta tratar mal a las mujeres; soy sincero con ellas. Me dan lo que quiero y ella obtiene lo que quiere de mí. No las obligo, no soy una basura de hombre. Ella llegó a mí pidiendo ayuda con la tesis a cambio de pasar un rato juntos y, aunque al principio me negué, ella insistió y me dejé llevar por el placer.Manejo por las calles de Roma mientras la tarde cae, dando paso a la noche. Me apresuro a llegar a mi casa.Salgo del coche a pasos apresurados; debo cambiarme. Miro la hora: son las siete. Una hora es suficiente. Al llegar a mi habitación, con movimiento rápido despojo mi cuerpo de la ropa, tomo un baño ligero y salgo envuelto en una bata de palo. Me dirijo al armario y
CAPÍTULO 3MARCOS VACILLENO QUIERO COMPROMISOSalgo del baño mirando a un lado y a otro, asegurándome de que nadie me vea. Voy satisfecho, con una sonrisa de oreja a oreja.Fue un polvo, un rapidín, pero delicioso. Ponerla en cuatro, presionar su cabeza contra el lavabo, cogerla duro era lo que ella buscaba y, así lo hice. Y la muy condenada pedía más; apenas la escuché chillar.Eso de ser inteligente en los estudios te trae buenos beneficios, y este es uno de ellos, y de mis favoritos.Salí del baño de las damas y, a pasos apresurados, me dirijo al pasillo siguiente que conecta con algunos salones de clase.Mientras camino, observo mi ropa, asegurándome de verme bien.Me paro frente a la puerta, suelto el aire, poso la mano en la manija y empujo. La voz del profesor se detiene cuando me ve entrar.-Discúlpeme, profesor, se me hizo tarde, pero ya estoy aquí.-Alumno Vacille, que no se le haga costumbre. Ustedes están estudiando derechos; la puntualidad y la responsabilidad son primor
CAPÍTULO 2.MARCOS VACILLE: CREO QUE ENCONTRÉ UN BUEN AMIGO.(Cinco años después)Las visitas de supervisión por parte de los trabajadores sociales habían cesado. Tras dos años, la estabilidad de Marcos era evidente. Las profesionales se aseguraban de su bienestar y constataron cómo el pequeño se expresaba con claridad, ofreciendo respuestas que cumplían con sus expectativas.Las preguntas se mantenían cautelosas, sin revelar el verdadero propósito de la evaluación. Era crucial que el niño desconociera el origen de estas indagaciones, un asunto que, por el momento, concernía exclusivamente a sus padres adoptivos.Las preguntas seguían siendo discretas, evitando revelar el motivo del interrogatorio. El niño no debía conocer su origen; por ahora, era un tema que competía a sus padres adoptivos. El señor Nicolás y la señora Beatrice se dedicaban a cuidarlo y protegerlo, brindándole un amor genuino, como si fuera su propio hijo. Marcos ya cursaba la primera etapa de la educación secundar
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