Tiempo actual.

CAPÍTULO 5.

Marcos Vacille.

Tiempo actual.

Salgo de los tribunales satisfecho, y el veredicto del juez fue justo para ese desgraciado ladrón de cuello blanco. Un caso más resuelto para el día de hoy y uno más en mi lista de triunfos.

Saco las llaves de mi auto, llego hasta él y me adentro en este. Dejo el maletín en el asiento de atrás, me quedo unos minutos y, antes de ponerme en marcha, saco mi teléfono y busco en los contactos a Leti, mi secretaria.

-Leti, no regresaré a la oficina. Nos vemos el lunes -le informé. Enciendo el auto y me dirijo a casa; necesito un baño y un corto descanso. Allá decidiré si me quedo o salgo a conquistar o ser conquistado. Río de mis ocurrencias.

Para los que no me conocen, me llamo Marcos Vacille, tengo treinta y dos años, soy un hombre soltero, me gusta lo que hago; mi trabajo es mi prioridad. En mis tiempos libres me divierto.

Mi vida laboral es un caos total: juicios, tribunales, fiscalía, el bufete, entre papeles, documentos y, sin contar lo que hago cuando me necesitan en algunas empresas, incluyendo a la de mi amigo Emiliano Ferrer. Mi trabajo es de alta demanda, pero ejerzo lo que me gusta y me apasiona. Me he ganado durante años a pulso y con mucho esfuerzo mi reputación. Soy hábil en lo que me interesa, no me gusta perder; por eso me encargo de estudiar cada detalle minuciosamente, repaso unas tres veces hasta quedar convencido de que no se me escapa nada. Mi trabajo es mi pasión y los buenos ingresos que me genera son satisfactorios. Por algo me quemé las pestañas estudiando durante largas noches durante cinco años. Mi trabajo limpio no necesitó de malas artimañas para ganar un caso; sería un insulto a mi inteligencia. Han intentado sobornarme, he recibido amenazas, pero aun así no me amedrentan. No soy fácil de intimidar; es cuando más empeño y enfoque pongo en lo que tengo que hacer.

Mucho voy a poner en riesgo y perder mi licencia por una estupidez de mi parte. Me he ganado con mucho esfuerzo y sacrificio lo que soy ahora. En Roma me conocen como un hombre intachable, despiadado al hacer justicia; por eso, MARCOS VACILLE, lo squalo (El tiburón).

Trabajo con una gran firma de abogados en Roma, que anteriormente se llamaba ARIZPE & VACILLE, donde mi padre llegó a tener una sociedad hace años. Ahora soy socio y dueño al mismo tiempo, ya que mi padre no ejerce debido a su enfermedad en el corazón, pero estoy yo, que me dejó su enseñanza y sabiduría. Somos un gran equipo, tenemos los mejores representantes; aquí no tenemos competencia, no hay nadie que nos iguale. Aquí están los mejores: "VACILLE & DELOITTE". Mis inicios fueron aquí hace 25 años, desde que me gradué. Mi padre fue de gran ayuda y le voy a agradecer toda mi vida a él y a mi madre lo que soy hoy en día.

No tengo mucho que contar de mí en lo sentimental; no tengo esposa, menos novia. Estoy soltero, sin compromiso y sin ataduras. De vez en cuando me doy mis escapadas, hago ligues por una noche; tampoco les pido los datos. Si volvemos a coincidir, bien, y si no, también. Desde mucho antes de entrar a la universidad, siempre fui perseguido por ellas; llegan a mí, me invitan a bailar o si necesito compañía femenina. Río porque debería ser yo quien vaya a ellas, pero tengo un imán que las atrae.

Llegué a mi departamento, pasé por una botella de agua, me dirijo a la habitación, caigo a la cama y ahí quedé con los ojos cerrados por una hora. Todavía no sé qué haré.

-Voy a divertirme un rato -menciono.

Salgo de la cama directo al baño, me quito la ropa, la lanzo al cesto y me adentro a ducharme. Paso la llave y regulo el agua caliente a una temperatura que pueda soportar. La lluvia artificial cae sobre mi cuerpo; poso las manos en la fría losa de la pared. Mis músculos se contraen, dejando una sensación de alivio; ahí permanezco por veinte minutos.

Salgo envuelto con una toalla alrededor de mi cintura, llego al armario, saco un bóxer y medias, busco también un pantalón de pana color crema, una franela azul marino y, por último, la chaqueta del mismo color que el pantalón.

MÓNICA MORETTI

Trabajar en dos puestos es agotador: ser camarera en un hotel y mesera en un cafetín. Ambos trabajos son demandantes. En la mañana salgo muy temprano, exactamente a las seis, para entrar a las siete al hotel. Algunos días me tocan los pasillos; limpiarlos es más fácil y rápido, pero cuando me tocan las habitaciones es mucho más pesado. Hay que dejarlas impecables. Algunos huéspedes son ordenados, pero otros dejan la habitación como si pasara un huracán, y el baño ni se diga.

-Estoy exhausta -expresé, pasando mi mano por mi frente, secando el sudor-. Siento alivio de saber que ya es hora de mi salida.

Me dirijo al cuarto de servicio, quito mi uniforme, lo guardo en mi locker y procedo a vestirme. Salgo de allí, notifico mi retiro y luego paso por el comedor buscando mi almuerzo, ya que me lo han guardado. Me lo entregan.

-Gracias -le dije. Salgo del hotel y me dirijo a la parada del bus, llego a tomar asiento y espero. Miro la hora en mi reloj.

-Estoy a tiempo -lo dije para mí.

Todo lo hago por mis abuelos y por mí. El dinero que mi madre envía no nos alcanza. Cada día todo sube y las medicinas de mis viejos no deben faltar. Ellos merecen estar tranquilos; ya hicieron mucho por mí. Quiero ver por ellos, por eso tanto sacrificio.

El bus llega y en él voy a los últimos asientos. Saco la bandeja e inicio a comer. Lo hago para llegar a trabajar corrido nuevamente, así que me voy una hora antes a casa. Estoy cansada, pero debo seguir. Continúo devorando todo; tenía mucha hambre y espero que no me caiga mal, ya que tragué casi entero. Guardo en mi morral los desechos y me fijo por la ventana, observando la ciudad. Paso por el frente del enorme edificio que me llama mucho la atención: sus enormes letras negras y doradas, VACILLE & DELOITTE. Todos los días lo miro; cuando paso frente a él, sueño con trabajar en ese lugar. Ejercer mi profesión es lo que más deseo, pero cómo me ha costado conseguir empleo como abogada.

-Trabajar ahí sería un sueño -dije apenas en susurro.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP