CAPÍTULO 3 MARCOS VACILLE NO QUIERO COMPROMISO Salgo del baño mirando a un lado y a otro, asegurándome de que nadie me vea. Voy satisfecho, con una sonrisa de oreja a oreja. Fue un polvo, un rapidín, pero delicioso. Ponerla en cuatro, presionar su cabeza contra el lavabo, cogerla duro era lo que ella buscaba y, así lo hice. Y la muy condenada pedía más; apenas la escuché chillar. Eso de ser inteligente en los estudios te trae buenos beneficios, y este es uno de ellos, y de mis favoritos. Salí del baño de las damas y, a pasos apresurados, me dirijo al pasillo siguiente que conecta con algunos salones de clase. Mientras camino, observo mi ropa, asegurándome de verme bien. Me paro frente a la puerta, suelto el aire, poso la mano en la manija y empujo. La voz del profesor se detiene cuando me ve entrar. -Discúlpeme, profesor, se me hizo tarde, pero ya estoy aquí. -Alumno Vacille, que no se le haga costumbre. Ustedes están estudiando derechos; la puntualidad y la responsabilidad s
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