No todo está perdido.
El CEO Lombardi no iba a ponerse del lado de sus demonios hijos, él no iba a despertar el enojo de su esposa contra él. Encaminó sus pasos hacia ella para ir juntos a casa. Todo el camino hacia la villa ella lloró en sus brazos, lo que hizo sentir mal al hombre.
— Ahora si hicieron enfadar a mamá, nunca la había visto tan furiosa, es que ustedes no tienen límites, uno tiene a Kei en cama lastimada, y el otro la ha seducido. Tendrán suerte si papá no los deshereda está vez.
En otra parte del la sala. El joven CEO Montana hablaba con Serena.
— ¿Que quieres Donovan? Han lastimado a mi hermana por culpa de sus celos estúpidos. No quiero saber más de ustedes. ¿Creí que ya se los había dejado claro?
— Se que fue un error, pero eso no significa que sea un monstruo, Serena, lo que pasó fue un accidente desafortunado. No me castigues así.
— Papá ya los ha disculpado, ¿Qué más quieres de mi?
— Tu amor Serena, sabes muy bien lo que siento por ti. Comencemos de cero, ¿Qué dices?